28 jun 2010

Palmeritas locas.

No soy muy de dulces. Pero sin lugar a dudas las locas, las palmeras y las magdalenas son los que más me gustan.

No estoy muy segura si fuera de la "república independiente de Málaga" se conocen a las locas, un dulce de hojaldre con forma de tortita, relleno de crema y cubierto con una glasa naranja y un poco de culin rosa en el centro.


Recuerdo que de pequeña me molvía loca (valga la redundancia) por este dulce que si además la memoria no me falla eran mucho más grandes que las que se hacen ahora.

Mi otro dulce favorito son las palmeritas. Las prefiero bañadas en chocolate y de confitería (nada de envueltas en plásticos ni bollería industrial). También están asociadas con mi niñez y especialmente con mis viajes, pues siempre que hacía alguno o una pequeña excursión, mi madre me compraba una caja de palmeritas "pa'el camino". Y la verdad cuando abría la caja en mitad del autobús, volaban.


Son dos sabores que me encantan y jamás hubiera podido pensar en encontrar un dulce mejor que las palmeritas o las locas. Pues, bueno, cuán grata fue mi sorpresa el otro día, al entrar en una panadería y encontrarme con una bandeja de palmeritas recubiertas con la misma glasa que llevan las locas. ¡Dios mío! Existía algo mejor que una bandeja de palmeritas o una bandeja de locas. Sí, sííííííííííí. Una bandeja de palmeritas locas.


Cuando se las enseñé a mi madre, no se lo podía creer. Y, yo me moría, porque llegara la hora de la merienda.

Mi hijo, el pequeño ninja, parece que tiene un reloj en el estómago. Pues todos los días, a las 17:00 en punto me pide de merendar. No mira reloj, no tiene puesto ningún tipo de alarma. Pero tiene un estómago más puntual que la hora del té en Inglaterra.

Bueno, pues el otro día, las 16:45, empezé a preparar la merienda, pues era yo la que tenía especial interés en que llegara ese momento. El pequeño ninja se sorprendió de que no tuviera que pedirme su cola-cao como todas las tardes, pero cuando vió que había algo especial para merendar me dijo: "Anda, mami, que hoy tenías tú más prisa que yo". La verdad era que sí. Y además las espectativas se cumplieron por completo, pues no sabéis lo ricas que estaban mi gran descubrimiento: Las palmeritas locas.

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