27 jun 2010

Manicura y pedicura

Siempre llevo las uñas de los pies pintadas. Incluso en invierno, cuando no se me ven. Las únicas veces que no las he llevado pintadas han sido cuando he estado embarazada y estaba próximo el parto por prohibición de la matrona ya que la piel que está por debajo de la uña y en los labios cambia de color si te da una bajada de tensión o si tu corazón sufre algún problema.

El caso es que me encanta. No tengo los pies bonitos, pero con las uñas pintadas son otra cosa. Así que llevar las uñas pintadas es una de las cosas que me podrían definir.


Y claro, como no podía ser menos, mi pequeña maiko* ha salido a mí en eso. No hay esmalte de uñas que se le resista y si es rosa...ni te cuento. Ni esmalte, ni sombra de ojos, ni colorete, ni lapiz de labios, y eso que acaba de cumplir 3 añitos. ¡Madre mía, miedo me da!


* [Una 'maiko' es una aprendiz de geisha
esta palabra se compone de los kanji 舞 (mai) que significa "baile" 
y 子 (ko) que significa "niña"].





El caso es que el otro día de compras descubrimos una cajita con cuatro colores superfresquitos para el verano y como además tenía un precio increíble, no nos pudimos resistir. Así que en cuanto llegamos a casa, nos pusimos con nuestra sesión de belleza y posterior sesión fotográfica.


La pequeña maiko se pintó las de los pies todas de rosa y las manos de colores y yo los pies de colores (las manos paso que después con el fregoteo y dale que te pego al teclado, siempre se me estropean y me da mucho coraje).



Así que pasados una tarde fantástica de pinturas, colores y fotos. Yo jugando como si fuese una niña y ella jugando como si fuese mayor.







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